La falda corta que durará toda la vida es también la que mejor sienta

 

Con permiso de las ‘midi’, hay otras que han demostrado estar soportando muy, pero que muy bien el paso de los años: las cortas con un volante en el bajo

Mucho, muchísimo, se ha hablado sobre dar con los vaqueros perfectos, la camiseta perfecta o la camisa blanca perfecta, pero en pocas ocasiones se mencionan las faldas dentro de esa lista enfocada a la imbatibilidad. Y menos aun las cortas, las minifaldas, a pesar de que desde su creación en los 60 se convirtiesen en uno de los adalides de la feminidad en su sentido más amplio (tanto combativo como normativo). Parece que esta pequeña pieza de ropa está relegada a cierto ostracismo, a flechazos de un día. Sin embargo, invertir en una absolutamente incontestable, que dure para siempre y sea puro fondo de armario es tan justo como necesario. ¿Nuestra apuesta? Las faldas cortas (cruzadas) con volante en el bajo.

La concatenación de palabras puede abrumar tanto como generar susceptibilidad. ¿Cruzados? ¿Volantes? ¿Cómo demonios van a resistir bien el paso del tiempo elementos tan llamativos? ¿Cómo van a favorecer a todo tipo de cuerpo con tanto peso visual como el que tienen? Pero lo cierto es que lo hacen y, probablemente, mejor que ninguna otra.

El perfil de esta falda es muy, muy concreto: está ligeramente ajustada a la zona de las caderas pero, al final, se abre en un pequeño volante que libera las piernas. De este modo, el efecto visual desde fuera será el de estar un poco más estilizadas y (hecho comprobado) también más cómodas. La clave para que de verdad funcione está en que el volante no sea demasiado grande, para no aportar volumen extra y en que, si se puede, se eleve en una suave asimetría, para que así se cree una línea vertical que ayude a ese efecto estilizado. Así, el patrón cruzado, que se hace eco de los virales vestidos wrap, puede ser literal o, por el contrario, un trampantojo que favorezca la silueta.

Por otro lado, están los tintes de fondo de armario, calificación en la que, evidentemente, intervendrá la escuela estética en la que se milite. Sin embargo, si los volantes, como ya se ha indicado, no son excesivamente marcados, la versatilidad aumentará lo suficiente como para que diversos estilos puedan verse reflejados sin problema, pasando de los tintes ochenteros a nuevo boho sin disonancias. Y, además, también se consigue que la prenda pueda funcionar tanto en una oficina como en un restaurante un sábado por la noche.

Teniendo en cuenta que esta falda puede (y debe) durar toda la vida, la inversión está justificada.

Texto original: http://www.vogue.es/moda/tendencias/articulos/faldas-cortas-cruzadas-volante-tendencias-2018/35141